Hace unas semanas, quizás meses (cómo pasa el tiempo), publiqué este contenido en mi red personal de LinkedIn. Me doy cuenta de que ha pasado el tiempo porque ayer Nadal ganó en Wimbledon y hoy he visto cómo otro gran talento, Novak Djokovic, es capaz de retenerlo. ¡Qué poco conscientes somos del momento que vivimos la mayoría de las veces!
En el ínterin he tenido unas sesiones para trabajar la estrategia de thinkIN donde hemos hablado y debatido mucho acerca de cómo atraer y retener el talento. Me siento feliz de trabajar con socios como Alejandro Martín Blanco y Tamara Padilla Peraza que creen que atraer y retener ese talento es la clave del crecimiento de la empresa.
Me dejó sorprendido el talento que hay en thinkIN. La mezcla de visiones, de sensibilidades, de perfiles, de edades, de trayectorias, de ambiciones…. Y me dejó aún más sorprendido la capacidad que tuvieron para reinventarse en una nueva fase de la empresa y ofrecerse para crear una nueva cultura que lo empape todo, donde el talento se erige como pilar fundamental del cambio.
Honestamente creo que el reto de thinkIN, como el de toda empresa, es ser capaces de atraer el talento adecuado, dotar los canales necesarios para que ese talento aporte, se desarrolle, crezca y haga crecer a la empresa. El caldo de cultivo debe ser la cultura de thinkIN. Estamos obligados, si somos lo que queremos ser, a ofrecer un contexto adecuado para la libertad, la crítica constructiva, la creatividad, la responsabilidad, la integración y el crecimiento, tanto personal como profesional. Si hacemos eso, los retendremos (a los que tienen talento). Aunque el mundo ha cambiado, y todo, absolutamente todo, es más efímero y fugaz, la clave estará en crear un entorno adecuado, flexible, resiliente y adaptable, donde la gente se transforme, al mismo tiempo que se transforma la empresa. Esta es la mejor manera de atraer y retener talento.
EL TALENTO LLAMA AL TALENTO
Mi amigo Pedro Casaño, uno de los profesionales que más admiro y cuyas publicaciones no me pierdo nunca, compartió hace unos días en su perfil de LinkedIn un excelente artículo publicado en Cinco Días que contenía una entrevista a los cocineros Daviz Muñoz y Joan Roca.
Ayer lo leía y anoche escuché a Rafa Nadal hablando de su triunfo en Roland Garrós por 14ª vez. Me ha dado por releer la entrevista y hay varias reflexiones que me parecen de mucho valor añadido que quiero compartir:
1. El talento llama al talento: me interesa mucho el approach que dan. Hay una apertura total al talento con visión fresca que vengan de otros sectores y son conscientes del impulso que va a generar la digitalización.
2. Todo esto se procesa desde una perspectiva de profesionalización y formación asociada. Por eso se asume que el talento va a tener que pagarse tal y como se merece. Será un bien escaso y el que posea la herramienta que lo impulse marcará la diferencia.
3. Me interesa mucho la frase de Daviz Muñoz en la que dice: «Tener un head office lleno de talento me da libertad y posibilidades que nunca había tenido antes» y cómo eso le permite «canalizar la creatividad hacia la gestión, los negocios y la empresa». Me hace reflexionar de cómo la profesionalización libera a los emprendedores visionarios que necesitan liberarse de las rutinas ordinarias.
4. Por último, y aquí entra en juego Rafa Nadal, ambos dicen: «No conozco ningún caso de éxito que no conlleve sacrificio y perseverancia». Y esa actitud la veo a diario entre los thinkers, aquí, en thinkIN.
EL VALOR DEL TRABAJO
Al final reflexionan sobre el valor. Sobre cómo poner en valor su trabajo, su creatividad y cómo eso se acaba reflejando en los precios. Y eso parece una ecuación perfecta, porque cuando hay talento, sacrificio, perseverancia, profesionalización y tiempo para que el emprendedor pueda trabajar su creatividad, se producen momentos mágicos que acaban dando resultados mágicos y que redundan en beneficios para todos los stakeholders.
Así sucede en thinkIN y así sucede con el equipo de thinkers que me acompaña a diario, de los que aprendo y me permiten entregarme »a tope» perseverantemente, mientras veo cómo los resultados llegan a la empresa y cómo estamos construyendo algo grande juntos.
